Tanto si habéis elegido hacer la etapa hasta Noia a pie o a caballo, el paso por Ponte Nafonso bien merece una foto. Dado que se trata de la antigua carretera que comunicaba Muros con Santiago, apenas hay tráfico rodado y el paso por este lugar siempre nos traslada a otra época que parece más una postal que un paisaje real.

El puente románico en la desembocadura del río Tambre es de ensueño, sobre todo con la marea alta, y tanto en primavera como en otoño se pueden ver patos, garzas o garcetas. Silencio o naturaleza, andando o a caballo, se trata de uno de los puntos emblemáticos de esta etapa.

Si os coincide llegar a Noia el jueves o el sábado, os encontraréis con el mercado. Unos churros, callejear, revolver hasta encontrar esa prenda que estabas buscando o comprar algo en los puestos de alimentación, se convierte en una actividad de socialización con vendedores y vecinos de Noia y alrededores.

Con mercado o sin él, Noia merece ser callejeada para conocer una arquitectura que como en el caso de Muros, está formada por arcos, soportales, casas nobles, pazos y restos de fortalezas. El cementerio de Santa María a Nova en el centro del pueblo, alberga la colección de laudas sepulcrales más importantes de Galicia. Como curiosidad, muchas de las lápidas tienen marcas con símbolos de oficios. Marineros, panaderos, carpinteros o carniceros son algunas profesiones que se pueden identificar en las lápidas de este cementerio que se ha convertido en un recurso turístico de Noia y permite aproximarse al significado de la muerte en Galicia.  Como en el caso de Muros, para una inmersión completa en esta villa y conocer en profundidad la cultura local, os recomendamos la visita guiada con Volta Montana que contempla, entre otras curiosidades de Noia, la interpretación de las laudas sepulcrales en el cementerio. 

La sugerencia para comer saliendo de Noia hacia Santiago por la carretera antigua, es el restaurante Casa Boto, gestionado por Marián, una experta cocinera que después de trabajar en los mejores restaurantes dentro y fuera de Galicia, se decidió a abrir su propio restaurante en su pueblo natal. Con raíces de aldea y mercado, la cocina de este restaurante, además de caracterizarse por la calidad del producto, destaca por la elaboración cuidada de cada plato en un entorno muy agradable frecuentado por población local y visitantes. El espacio interior mantiene la estructura original, con pequeños comedores reservados, y el espacio exterior es un valor añadido a destacar de este restaurante.

El éxito de Casa Boto no se hizo esperar desde que abrió,

Tras el paseo y la comida en Noia, la recomendación es pasar la segunda noche en Outes en el alojamiento seleccionado y si os sentís con fuerzas para realizar alguna actividad, el personal de Do Artesanato os ofrecerá y gestionará la reserva de las actividades que mejor se adapten a las preferencias del grupo completo o por separado.

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